Entorno

La isla de Menorca forma parte del archipiélago balear navegando en pleno mar Mediterráneo. Es la isla más septentrional y la segunda en tamaño entre Mallorca e Ibiza. Tiene una extensión de 702 km2, y la distancia máxima entre los dos extremos de la isla, (entre Ciutadella y Maó), es de 47 km; mientras que el ancho máximo de costa norte a costa sur, es de 19 km.

Sa Torre Blanca, tiene un emplazamiento único, una finca en medio de un paraíso natural ideal para todos aquellos que disfruten de las actividades al aire libre.


Camí de Cavalls

El Camí de Cavalls no es, tan sólo, un camino hecho de la suma de veredas o senderos, que da la vuelta a la isla, sino un patrimonio colectivo que forma parte de nuestra identidad.

La Finca Sa Torre Blanca linda con éste camino, brindando la posibilidad de paseos por el litoral, preciosas playas vírgenes y paisajes de gran belleza.

A tan sólo 20 minutos de la casa, nos encontramos con todo un sendero de calas vírgenes, totalmente protegido y que forma parte del Parque Natural.


Parque Natural de S´albufera Des Grau

Agroturismo Sa Torre Blanca, forma parte de de una gran diversidad de ambientes y espacios naturales protegidos con mayor o menor grado de intervención humana: zonas húmedas, terrenos agrícolas y ganaderos, bosques, un litoral con acantilados y playas, islotes y zona marina.

Toda una experiencia para disfrutar del Turismo Rural en Menorca.


Arqueología: Cultura Talayótica

A cinco minutos caminando desde la casa, nos encontramos una de las ruinas más emblemáticas de la prehistoria de Menorca, conjunto Taula y Talayot.

Se trata de un poblado talayótico, cuya localización (cerca de la costa norte), es muy poco habitual dadas las inclemencias del viento en ésta parte de la isla.

El recinto fué excavado en los años 30, por la Arqueóloga Margaret Murray.


Cabo De Faváritx

Una excursión de hora y media.

Aislado de la civilización, situado en la zona de Tramontana (zona Norte) de la isla, se encuentra el Cabo de Favàritx y es geologicamente muy antiguo, concretamente de la era Primaria, también conocida como Era Paleozoica.

En el mismo cabo, se encuentra el Faro de Favàritx, rodeado de acantilados bajos de pizarra negra y grisácea, formando un paisaje que muchos definen como como lunar.

Al dirigirte hacia el faro, tendrás la sensación de que has cambiado de isla, de que no se trata de Menorca en absoluto.


En la isla todo es posible.

De la costa al interior. De los pueblos a los pastizales multicolores. De la cala oculta, a la playa kilométrica. De la sencillez de la sobrasada casera al regusto de los elaborados quesos llenos de matices.

De los museos milenarios, a las ruinas inesperadas junto al faro. De la navegación de ensenada, a volar en un velero con los vientos de Tramuntana. De la sensación del bullicio de las tiendas al olor del cuero de las s'avarques tradicionales.

De los negros caballos rampantes, al susurro del viento en el acebuche vencido. Menorca todo el año.

Fotografía: Caló d'en Fust en Binibeca Vell.
La isla encantada que algunos llamaron, necesita ser visitada con tranquilidad, o bajo promesa de volver pronto.

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